Hoy nos adentraremos en lo más profundo de la Serranía Baja Conquense, en Garaballa, entre chopos y
tejos, a la vera del río Ojos de Moya, a su paso por una preciosa localidad de menos de 100
habitantes que conserva muchos de sus históricos encantos.
Datos de la ruta:
Inicio: Monasterio de la Virgen de Tejeda, Garaballa
Dificultad: Fácil
Distancia: Ida y Vuelta 8 Kilómetros totales
Mejor época: Cualquiera, aunque sería mejor en época de verano, ya que siempre puede tocar un día
complicado en invierno, sea por frío o en casos muy puntuales, por nieve.
Garaballa
Nuestro camino empieza temprano, a las 8 de la mañana, con ello evitaremos acercarnos
demasiado a las horas centrales del día, no vaya a ser que se presente un día de los más
calurosos de año. El lugar de encuentro es en un sitio emblemático para el pueblo, y además
uno de los que más vida le aporta en la actualidad, el Monasterio de la Virgen de Tejeda,
santuario construido en el siglo XIV, que hoy en día funciona como hotel, remanso de paz y
tranquilidad para sus muchos visitantes.

Descripción de la ruta de la Cueva de la Virgen de Tejeda
Bajamos por la carretera dirección Aliaguilla y a 200 metros cogemos ya el desvío a la derecha,
que tenemos señalizado, y nos indica por donde se encuentra la cueva.

Ese camino de tierra en el que nos adentramos, nos lleva durante 2 km, acercándonos y
alejándonos de las orillas del río Ojos de Moya, por parajes preciosos entre tejos, campos de
chopos y riscos cada vez más altos a nuestros lados, durante parte de su recorrido, encontramos bastantes zonas aptas para el baño.

Cuando el camino empieza a estrecharse, llegamos a un punto clave, donde unas maderitas
señalan la dirección de los lugares que podemos visitar.
A la izquierda la Cueva del Risco, muy cerca de donde se debió aparecer por primera vez la
Virgen en un tejo, fue el primer oratorio del antiguo pueblo de Tejeda, y lugar mágico donde
los haya, por los fenómenos solares que se producen gracias a su paso a través de orificios
naturales de la roca en ciertas fechas señaladas del año.

Justo al lado, encontramos los restos de una antigua herrería del siglo XIX, que son herencia de un
antiguo y famoso molino de papel del siglo XVIII, que a su vez provino de la fábrica del obrador y
que en su día fue el primer convento construido para rezar a la Virgen y fue barrido por
las aguas del río en 1516, sirviendo sus piedras para construir el nuevo convento en su enclave actual.
A la derecha en el cruce de caminos y mirando hacia lo alto de la montaña, podemos ver los
restos de la fortaleza de origen árabe, construido por el ejercito de Abú Al-Mansur allá por el
año 1100. Justo bajo las paredes del Castillo, en la “ensenada” (ensanche del río), podemos ver aún los
últimos vestigios del antiguo arrabal o núcleo urbano de la antigua Garaballa, Tejeda la Vieja.

El final de la ruta
Llegamos al final del camino y de nuestra ruta, y por supuesto, al sitio más importante, la
Cueva de la Virgen. Después de pasar por unas piedras para evitar meter los pies en el agua,
cogidos a una cadenita colgada de la pared de piedra natural, llegamos en unos metros a los
escalones que nos dirigen directamente a un agujero enorme en la roca, donde se supone que
se apareció la Virgen al pastor, y donde se encuentra actualmente, la imagen que siguen
volviendo a visitar cada año muchos de sus seguidores pertenecientes al marquesado de
Moya.

La ruta llega a su fin, volviendo a nuestro punto de partida, el Hotel Monasterio de la Virgen de
Tejeda, donde previa reserva unos días antes, podemos disfrutar de los manjares más típicos
de la gastronomía conquense y manchega.
Por último, no nos podemos ir de este fantástico pueblo sin acabar de ver todo lo que ofrece,
la Iglesia de San Sebastián, La Fuente Grande, la Plaza del pueblo con su fuente de 6 caños, la
cascada de más de 15 metros en la parte baja del pueblo (diferente caudal según la época de
año)…
Escrito y más información Kiko Risco: kikorisco@gmail.com
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